Relatos desde mi buhardilla
El payaso del Tiovivo
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Ahí estoy subido, rueda que te rueda... |
Gira que te gira el Tiovivo con el camión de bomberos, sus locas lucecillas parpadeantes, dos volantes en la cabina y su sirena. ¿Cuándo dejé de creer que por su escalera se subía a las estrellas?
Luego, bandolero a lomos de mi caballito por la dehesa, cabalgué entre los toros bravos de la fiesta; subida en su grupa la damisela de mis cuentos.
Después pilotando aquellas aeronaves con forma de huevo brincando en el aire contra las leyes de la gravedad, oteando el mundo por encima de los mayores.
Mas nunca me fijé en el payaso de cartón y su aro gigante que nos sonreía desde su peana en el centro de esta gigante rueda, que es la vida, mientras soñábamos despiertos.
Ahora, soy yo quien desde aquí arriba, con lágrimas que me destiñen el rostro, añoro la mirada de embeleso de esos ojillos que buscan los mil besos que les lanzan desde la órbita de este mi último Tiovivo; coronitas de pelos ensortijados que no reparan en mí.
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