Relatos desde mi buhardilla
Sara
Adiós mi Amor.
Sara siempre "durmió" en la funda de mi guitarra. www.taringa.es |
Sí, será un adiós implacable. Después del secreto que desvelo en estas líneas te perderé para siempre. Nunca antes confesé a nadie que los versos que vertía tantas noches de insomnio entre arpegios de mi guitarra no eran evocaciones de ninguna mujer, ni siquiera tú, a la que engañé, como a tantas otras, para que sucumbieras en mis brazos. Esas notas repetidas millones de veces, como un canon, provienen de los ojos de Sara, una perrita con pintas, sombra silenciosa de un amigo de infancia. Su sosegada belleza hacía eternos los paseos por el parque, hasta que ambos se marcharon a un tiempo.
Es tu cuerpo el que deseo. layoutsparks.com |
Mas ahora no, no quiero abrazar la guitarra sino tu cuerpo. Pero quizás, después de este instante, que perdí en crear dos nuevos compases con esta carta, sea tarde, tarde de nunca ya.
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