Coincidencias
Eibissa, la bodega mágica de "Los Famelier"
El hecho no me hubiera llevado a más si al caer la noche y pasear por la capital y el puerto no hubiera visto a miles de seres que se asemejaban a aquellos, no por las formas, feas pero
simpáticas, sino porque no paraban de pedir comida en la multitud de restaurantes
o sitios dedicados al zampeo. Claro, me dije, es que no trabajan. Mas en frente, casi tantos, detrás de los mostradores o cocinas, que no paran de moverse y hacer mil faenas, y que si paran también piden comida, como los Famelier.
Mi buen amigo Jordi Colón -sí, un apellido originario de la isla, y atrévanse a rebuscar si tiene algo que ver con el almirante-, me cuenta la leyenda actualizándola con que la botella y el agua, tan "bendita", ahora, es la Reforma Laboral, que obliga a hilar un trabajo con otro para poder sobrevivir). Los primeros tienen cuerpos estilizados, rozan un moreno marmóreo y sus telas son como espumas de algodón. Los otros retales y mandiles de grandes almacenes.
En el paseo marítimo otra estatua de un papá y una niña vestidos con
particulares detalles en su indumentaria, flores, falda y tejidos laxos, es parte de la familia hippy. Ese movimiento que se agostó en estas islas
“Pitiusas”, Formentera e Ibiza, y que con la aparición en televisión de algún
espécimen mediático supuso la inundación de estas bellas y tranquilas islas
mediterráneas en ríos de alienígenas de la marcha nocturna ahora del Dj.
Han pasado cincuenta años del Mayo del 68, que dicen que trajo los primeros seres libertarios del amor y del curre, y casi ya no nos reconocemos mas que en los Famelier. La libertad y el cambio del universo se quedó pegado en el último archivo de la famosilla o famosazo del instagram, eso sí, en bolas.
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